Salvo el crepúsculo de Julio Cortázar

Salvo el crepúsculo y algunas poesías memorables del gran libro de Julio Cortázar

Salvo el CrepúsculoSalvo el crepúsculo es una obra que colecciona algunos de los mejores poemas de Cortázar. El autor logra, de alguna manera, realizar un homenaje a la palabra, a la música, a París y a Buenos Aires, unificando los sentimientos que atraviesan su vida.

Ley del Poema en la concepción de Julio Cortázar

«Este camino ya nadie lo recorre, salvo el crepúsculo». Hermosa y expresiva frase del poeta japonés Matsuo Basho (1664-1694) que inspiró el título de Salvo el crepúsculo; libro de Julio Cortázar que se publicó por primera vez en 1984 pocos meses después de su muerte, sin que el autor alcanzara a corregir las pruebas de imprenta.

En las páginas de esta obra, como si se tratara de un multifacético e inagotable collage, Julio Cortázar intentó fundir más de cuarenta años de memorias, vivencias intensas y experiencias de vida muy particulares: el azar imprevisible, el amor tan esquivo, la pintura, las calles inolvidables de su Buenos Aires de juventud, su pasión por la música, la ciudad de París romántica y nostálgica, cuadernos de anotaciones inspiradas, delicadas y bellas mujeres en sus trajes relucientes. Todo, como reflejos intermitentes de una vida que su protagonista quiso y buscó con el desorden lógico de una pasión incontrolable que lo orientó iluminándolo.

Y ese camino elegido, en las propias palabras del autor, no tuvo una dirección única: «Nunca quise mariposas clavadas en un cartón; busco una ecología poética, atisbarme y a veces reconocerme desde mundos diferentes, desde cosas que sólo los poemas no habían olvidado y me guardaban como viejas fotografías fieles. No aceptar otro orden que el de las afinidades, otra cronología que la del corazón, otro horario que el de los encuentros a deshora, los verdaderos».

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Rescatamos de Salvo el crepúsculo, algunos extractos y singulares poemas que pintan el pensamiento lírico de un escritor genial y no menos singular que sus versos:

Ley del Poema

Amargo precio del poema,
las nueve sílabas del verso;
una de más o una de menos
lo alzan al aire o lo condenan.

Somos el ajedrez de un río,
el naipe siempre entre dos lumbres;
caen las caras y las cruces
a cada curva del camino.

Cae en el verso la palabra,
en el recuerdo llueve el llanto,
cae la noche, cae el pájaro,
todo es caída amortiguada.

¡Oh libertad de no ser libre,
golpe de dados que desata
la sigilosa telaraña
de encrucijadas y deslindes!

Como tu boca a la manzana,
como mis manos a tus senos,
irá la mariposa al fuego
para danzar su última danza.

El breve amor

Con qué tersa dulzura,
me levanta del lecho en que soñaba
profundas plantaciones perfumadas,
me pasea los dedos por la piel y me dibuja
en el espacio, en vilo, hasta que el beso
se posa curvo y recurrente
para que a fuego lento empiece
la danza cadenciosa de la hoguera
tejiéndonos en ráfagas, en hélices,
ir y venir de un huracán de humo.

Una carta de amor

Todo lo que de vos quisiera
es tan poco en el fondo,
porque en el fondo es todo
como un perro que pasa, una colina,
esas cosas de nada, cotidianas,
espiga y cabellera y dos terrones,
el olor de tu cuerpo,
lo que decís de cualquier cosa,
conmigo o en contra mío,
todo eso que es tan poco,
yo lo quiero de vos porque te quiero.

Que mires más allá de mí,
que me ames con violenta prescindencia
del mañana, que el grito
de tu entrega se estrelle
en la cara de un jefe de oficina,
y que el placer que juntos inventamos
sea otro signo de la libertad.

Veredas de Buenos Aires

De pibes la llamamos la vedera
y a ella le gustó que la quisiéramos.
En su lomo sufrido dibujamos
tantas rayuelas.

Poema
Toda la vida es un ayer
y todo encuentro es una pérdida.
¡Oh irrestañable primavera,
promesa de lo que ya fue!

Quizá por eso arde la rosa,
guardiana de su fuego frío.
i Qué mar de pétalos marchitos
la mece en su perfecto ahora!

y si los labios son ya ausencia
en el momento de besarlos,
su fiebre viene de otros labios:
Helena y Diótima te besan.

Julio Cortázar, fue un autor espontáneo que concibió poéticamente la realidad y encontró la manera de convertir cada palabra que necesitaba para representarla. Sus textos líricos fueron siempre una confrontación, un desafío atrevido a los límites impuestos que habrían de ser superados. Dueño de un lenguaje vastísimo que utilizó como arma, la palabra lo dotó de un bagaje cultural de enormes dimensiones, posibilitándole interpretar cada situación con diversidad de proyecciones y matices.

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Escribió versos durante toda su vida, aunque a veces los conservara inmersos en un universo secreto, íntimo y privado, pretendiendo transformarlos en una conjunción natural de lenguaje, realidad y poesía. Y cada vez que su necesidad expresiva lo llevaba a escribir poemas, los componía, plenamente convencido que el poeta en todo momento es una contradicción permanente que le da sentido al universo.

Para conocer más:

La forma incorrecta *vedera», de uso frecuente en algunos estratos, es un vulgarismo producido por metátesis. Para el RAE (2001), la metátesis es «el cambio de lugar de algún sonido en un vocablo», es decir, agregar, quitar o cambiar letras o sonidos dentro de una palabra.

Diótima de Mantinea fue una filósofa y sacerdotisa griega, natural de Mantinea, cuya existencia histórica generó permanentemente importantes discusiones y dudas. Sus ideas se consideran el origen del concepto de amor platónico.

Helena, también conocida como Helena de Troya o Helena de Esparta, es un personaje de la mitología griega cuyo nombre hace referencia a la «luz que brilla en la oscuridad»; casi todos los mitógrafos clásicos aluden a su mito.
Era considerada hija de Zeus y pretendida por muchos héroes debido a su gran belleza. Fue seducida o raptada por París, príncipe de Troya, circunstancia que originó la guerra de Troya.

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2 comentarios en “Salvo el crepúsculo de Julio Cortázar

  1. Isabel Hernández Tibau en dijo:

    Muy lejos de ser una experta , me gusta mucho leer… leo todo y atesoro o descarto… Julio Cortázar me gusta, creo que por aproximación geográfica , (soy uruguaya) y por su manera de decir las cosas más simples o bien con un cierto desparpajo elegante, o con una intensidad emotiva que yo personalmente encuentro en nuestros países, en nuestra forma de ser y transmitir las vivencias. Si, me gusta Cortázar, es uno de esos escritores, creo yo,que no se lee frecuentemente, pero cuando lo reencuentras, no puedes evitar leerlo de nuevo…. acabo de hacerlo…Gracias por traerlo.

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