El nombre de la rosa de Umberto Eco
In memoriam
5 de enero de 1932 – 19 de febrero de 2016
Una mirada, un punto de vista a una obra suya, emblemática y magistral. En humilde homenaje de nuestro blog a su recuerdo.
El nombre de la rosa – Umberto Eco
Concebida desde la madurez intelectual y creativa de su autor, sorprendió gratamente su primera incursión en el género de la novela. Erudición a un elevado nivel, cuidada prolijidad y un discurso narrativo que permanentemente se enriquece y se torna complejo, al tomar contacto con otros lenguajes devenidos de la historia misma y de la filosofía.
Es una creación artística que merece ser leída e interpretada, pero esa lectura debería implicar además una aguda reflexión. No hacerlo de esta manera, nos dejaría sin dudas, varios caminos abiertos e inconclusos y puntos de vista desperdiciados.
Invierno de 1237. Una abadía benedictina ubicada en los Alpes italianos, famosa por su impresionante biblioteca donde rigen estrictas normas de acceso, se transforma en el centro de la escena.
Adso de Melk es un novicio benedictino que acompaña a su maestro el monje franciscano William (Guillermo) de Baskerville, cuenta la historia en primera persona, describiendo con detalles la vida cotidiana en el monasterio, en una admirable reconstrucción de aquella época especialmente conflictiva para la historia de Occidente.
Discutir y dilucidar sobre la supuesta herejía cometida por integrantes de una rama de los franciscanos: los espirituales, es el objetivo.
Pero una serie de asesinatos, que parecen extraídos de un pasaje del Apocalipsis, complican y dificultan el logro de ese objetivo, dando lugar a las detectivescas actividades de Guillermo de Baskerville, para esclarecer esos crímenes.
Impregnada en ese contexto con características de crónica medieval y novela gótica, genera una trama que atrapa con claves y alegorías descriptivas en su relato, que desembocan en un final trepidante.
El nombre de la rosa aporta además, múltiples referencias, explícitas o implícitas, a otras personalidades y textos históricos.
«Diálogos sobre los dos máximos sistemas del mundo», es un ensayo escrito por Galileo Galilei, en el que se debate sobre el movimiento del universo en torno al sol. Simplicio, uno de sus personajes es el espejo en el cual se refleja Adso.
Como no identificar, al recorrer las páginas del libro, a Jorge Luis Borges en el bibliotecario ciego Jorge de Burgos, y la disposición de la biblioteca-laberinto al estilo «La biblioteca de Babel».
Umberto Eco concluyó esta obra escribiendo: «es que las únicas verdades que sirven, son instrumentos que luego hay que tirar.»
Debe temerse a los profetas que están dispuestos a morir por la verdad, porque estos suelen provocar también la muerte de muchos otros, a menudo antes de la suya.
Esto es, llevan en su naturaleza el germen del crimen, y así como se sientan a orar con piedad en laudes o durante la vigilia, atacan con lujuria a los hombres a quienes confunden con las bestias y anticristos que pueblan sus Escrituras.
Con respecto a la elección del título, en una entrevista, él propio autor afirmó, que no fue por una razón primaria cuando recién lo había terminado, sino luego de que la editorial se lo rechazara por elegir solamente “Adso”.
Simplemente, quiso desviar la atención del lector para que quedara a su criterio la interpretación.
No obstante, desmenuzando la última frase del libro:
«Stat rosa pristina nomime, nomina nuda tenemus» (De la rosa no nos queda sino el nombre, en una traducción libre); podría deducirse, que el recuerdo de todo el acervo cultural y la riqueza espiritual contenida en la biblioteca de la abadía, perdidos para siempre a consecuencia de un incendio, es una clave en código a la cual se hace alusión con la rosa.
Y la rosa se transforma entonces en todo un símbolo.
Lectura casi obligatoria, donde a criterio de muchos, el casi sobra. Si desean obtener este genial libro para su biblioteca personal (y además colaborar con el mantenimiento del blog) pueden hacerlo a través del siguiente enlace con la posibilidad de buscar otros formatos y precios del mismo libro.
Si lo has leído por favor valora este libro para los demás lectores:
Perdón, es Adso.
Correcto, ya ha sido corregido el error ¡muchas gracias!