Reseña literaria de los seudónimos de escritores célebres que, al llegar a la fama, se volvieron parte de su identidad
A lo largo del tiempo, (desde épocas de Voltaire, Virginia Woolf, Lewis Carroll, Mark Twain, hasta fechas más recientes con George Orwell y Pablo Neruda), fueron muchos los autores literarios de prestigio, cuyo nombre de pluma terminó eclipsando al verdadero. Los seudónimos de escritores han sido y son, sin duda, una práctica común.
El escritor, como todo artista que lleva a cabo una obra, sea una escultura, un cuadro, una composición musical, busca en la concreción de su trabajo, la propia realización personal y la cristalización de un objetivo, pero también trascender y ser públicamente reconocido. Si un autor escribe para ser leído, ¿qué razones habrían de llevarlo entonces a querer ocultar o enmascarar su nombre real?, ¿y por qué tantos adoptaron esa postura?. Son preguntas importantes a la hora de comprender el por qué de los seudónimos para escritores.
Seguramente que las causas del origen de los seudónimos de escritores fueron disímiles y las motivaciones de distinta índole:
Así, Pablo Neruda, el escritor chileno galardonado con el Premio Nobel de Literatura en 1971, publicó su obra enmascarándose en un seudónimo, porque su padre no aceptaba que se dedicara a las letras.
Lewis Carroll, queriendo mantener la privacidad de su compleja vida íntima adoptó similar actitud. Emily Brontë dio a conocer la primera edición de su popular novela «Cumbres borrascosas», utilizando el nombre de Ellis Bell y Louise May Alcott (Mujercitas), comprometida con el movimiento abolicionista y el sufragismo publicó una serie de trabajos como A. M. Barnard, para no enfrentarse a los prejuicios sociales y de género a que estaban sometidas las mujeres en ese período histórico.
George Orwell, quien descendía de una acomodada familia inglesa asentada en la India, al regresar a Inglaterra fue cayendo poco a poco en la pobreza. Cuando publicó su primer libro, lo hizo bajo un nombre ficticio para evitar que su familia se avergonzara por la situación personal que atravesaba y por las ácidas críticas a la sociedad que él narraba en sus escritos.
El mismísimo Stephen King publicó en 1996 como Richard Bachman, la novela «The regulators» y Robert Galbraith autor de «El gusano de seda» -2014, no es otra que J.K. Rowling intentando escapar al encasillamiento casi infranqueable, al que la condenó el hecho de haber escrito la saga de Harry Potter.
Otros escritores también utilizaron seudónimos como parte de una estrategia publicitaria, buscando algunos un nombre menos común, en otros casos para evitar la censura o persecuciones político-religiosas o raciales, para preservar su privacidad familiar, por tener la libertad de escribir sin ningún tipo de imposiciones o influencias, o tal vez poder publicar más de un libro al año.
Quizás haya en esa actitudes, algo de excentricidad, timidez, dudas, inseguridad. Y se podrían seguir agregando razones a favor o en contra de los seudónimos de autores, famosos o no.
¿La opinión de quienes los leen y admiran, importa? No pareciera eso, puesto que generalmente y aún aquellas personas habituadas a la lectura frecuente de libros y poemas, suelen no tener presente el nombre verdadero de alguno sus autores preferidos.
¿Lo comprobamos con un juego de seudónimos de escritores, un desafío literario?
Los invito a relacionar un célebre autor, cuyo nombre verdadero figura en la primera lista que sigue, con una de sus obras, enumerada en la nómina que continúa.
El Autor (nombre verdadero):
1) Adeline Virginia Stephen
2) Charles Lutwidge Dodgson
3) Eric Arthur Blair
4) Ricardo Eliécer Neftalí Reyes Basoalto
5) Samuel Langhorne Clemens
6) José Augusto Trinidad Martínez Ruiz
7) Lucila de María del Perpetuo Socorro Godoy Alcayaga
8) Juan Crisóstomo Ruiz de Nervo y Ordaz
9) Amandine Aurore Lucile Dupin
10) François-Marie Arouet
11) Marie-Henri Beyle
12) Gustavo Claudio Domínguez Bastida
13) Félix Rubén García Sarmiento
14) Carlo Lorenzo Fillipo Giovanni Lorenzini
15) Cecilia Böhl de Faber y Larrea
Su Obra
1) Las aventuras de Huckleberry Finn
2) La amada inmóvil
3) Rimas
4) Doña Inés
5) La señora Dalloway
6) El siglo de Luis XIV
7) Veinte poemas de amor y una canción desesperada
8) Alicia en el País de las Maravillas
9) Rebelión en la granja
10) Las aventuras de Pinocho
11) Besos (poema)
12) Rojo y Negro
13) Azul. Cantos de vida y esperanza
14) La hija del sol
15) Un invierno en Mallorca
Respuestas correctas
La señora Dalloway
Virginia Woolf / Adeline Virginia Stephen
Alicia en el País de las Maravillas
Lewis Carroll / Charles Lutwidge Dodgson
Rebelión en la granja
George Orwell / Eric Arthur Blair
Veinte poemas de amor y una canción desesperada
Pablo Neruda / Ricardo Eliécer Neftalí Reyes Basoalto
Las aventuras de Huckleberry Finn
Mark Twain / Samuel Langhorne Clemens
Doña Inés
Azorín / José Augusto Trinidad Martínez Ruiz
Besos (poema)
Gabriela Mistral / Lucila de María del Perpetuo Socorro Godoy Alcayaga
Rimas
Gustavo Adolfo Bécquer / Gustavo Claudio Domínguez Bastida
La amada inmóvil
Amado Nervo / Juan Crisóstomo Ruiz de Nervo y Ordaz
Rojo y Negro
Stendhal / Marie-Henri Beyle
Las aventuras de Pinocho
Carlo Collodi / Carlo Lorenzo Fillipo Giovanni Lorenzini
El siglo de Luis XIV
Voltaire / François-Marie Arouet
La hija del sol
Fernán Caballero / Cecilia Böhl de Faber y Larrea
Azul. Cantos de vida y esperanza
Rubén Darío = Félix Rubén García Sarmiento
Un invierno en Mallorca
George Sand / Amandine Aurore Lucile Dupin
Es probable que estas prácticas habituales entre autores con respecto a los seudónimos de escritores continúen vigentes con el correr de los años, respetando las mismas motivaciones ya relatadas. Es sabido, incluso, que nuevos autores concurren a internet intentando buscar ideas de seudónimos originales para escritores. Yo, en lo personal, lo considero una conducta válida y los animo a encontrar el verdadero nombre que los represente, y los una a su obra. Espero que la nota haya sido de su agrado, así como también el juego propuesto.
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