¿ Se o sé ? Las dos funciones del vocablo “se”. Diferencias entre «sé» con tilde y «se» sin tilde.
La tilde diacrítica, es utilizada para diferenciar palabras que se escriben igual, que tienen una diferente acentuación prosódica o significados distintos.
Nuestro intento es aportar información y aclarar dudas, que se tienen al momento de redactar. Tomemos este caso:
Hay un sé con tilde diacrítica que puede corresponder, o bien al verbo ser, o bien al verbo saber.
«Sé»: Primera persona singular, presente del verbo saber.
Ej.: «Sé que no estudiaste».
«Sé»: Imperativo del verbo ser, segunda persona singular en forma de confianza.
Ej.: » Sé más discreto con tus cosas».
Ambos usos de «sé» se escriben igual, con tilde.
El contexto, ayudará a determinar el sentido del término en estos casos.
Pero hay usos de la expresión «se», sin tilde.
Citamos algunos ejemplos:
Pronombre personal «se». Ej.: «Lo que se hereda no se compra».
Pronombre reflexivo «se». Ej.: «El hombre se levanta y habla».
Sustituto de «le» o «les», Ej.: «Se las regalaron».
«Se» intensificador del verbo: «Se comió tres platos».
«Se» recíproco. Ej.: «Leonor y Luis se besaron».
«Se» pronominal. Es parte de algunos verbos. Ej.: «Arrepentirse»
«Se» impersonal. Ej.: «Se vende leña».
En definitiva, es imprescindible recordar que la expresión «sé» y «se» no son equivalentes y en caso de dudas, siempre es necesario corroborar consultando un diccionario, para evitar cometer errores en estos casos de uso del tilde diacrítico.
Simplificando: “se” sólo lleva tilde o acento ortográfico cuando cumple la función de verbo. Nunca llevará tilde cuando sea pronombre.
El profesor Alberto Bustos (Didáctica de la Lengua en la Universidad de Extremadura), nos explica al respecto:
(1) ¡Sé generosa, sé valiente!
(2) Solo sé que no sé nada.
En el ejemplo (1) encontramos la primera posibilidad: sé tú, o, para decirlo en términos técnicos, la segunda persona singular del imperativo en su forma de confianza.
El ejemplo (2), por su parte, reproduce un famoso aforismo socrático, que incluye la primera persona singular del presente de indicativo de saber (yo sé).
Los dos ejemplos contienen por partida doble su forma verbal correspondiente, de modo que deberían ser, como mínimo, el doble de efectivos.
Llegados aquí, conviene aclarar que el verbo saber en su significado de ‘tener sabor’ se conjuga exactamente igual que cuando significa ‘tener conocimiento’.
(Existe una conocida canción de Joan Manuel Serrat, «Tu nombre me -sabe- a hierbas». Conjugado, debe llevar tilde porque también en este caso funciona como verbo).
Así, virtualmente al menos, se dice y se escribe “Sé a sal”, o sea, ‘tengo sabor a sal’.
Digo virtualmente, porque por más que he buscado no he dado con ningún ejemplo real que documente ese uso.
Los únicos que aparecen profusamente, son ejemplos construidos en los que los hablantes se preguntan por esta forma de la conjugación y los lingüistas o aspirantes a tales les contestan.
Pongo yo aquí mi granito de arena (o de sal, según se mire).
Más complejos son los valores del «se» átono que se escribe sin tilde.
Esta es una marca que acumula una diversidad de funciones, que no siempre es fácil delimitar con exactitud.
Por ello, los ejemplos siguientes no pretenden ser exhaustivos, sino meramente representativos.
(3) Este papel se lo das a aquel señor.
(4) Se vivía con alegría en aquella casa.
(5) En aquel puesto se vendían melones.
En (3), «se» es un pronombre. Se trata de una variante de le(s) que aparece cuando se le pospone otro pronombre átono: la secuencia le lo das, imposible en nuestra lengua, se convierte en se lo das.
En (4) tenemos una marca de impersonalidad;
y en (5), una marca de pasiva refleja:
Como es habitual con la tilde diacrítica, adonde no lleguemos con la gramática podemos llegar de oído.
Las formas con tilde se pronuncian con acento en la secuencia hablada, mientras que las formas sin tilde, se apoyan para pronunciarse en la siguiente palabra con acento.
Así, frente a [sé generósa] tenemos [selodás].
Nota:
Tilde es un término ambiguo que puede utilizarse en masculino (el tilde) o femenino (la tilde). Lo habitual es que el término, haga referencia al acento ortográfico.