Un decálogo para principiantes y a dejar fluir la escritura
Juan Carlos Onetti, uno de los escritores más influyentes del Uruguay, nos deja un decálogo para principiantes en la escritura con consejos muy útiles a la hora de encarar un texto, palabras que valen la pena.
Juan Carlos Onetti
(Montevideo, 1909 – Madrid, 1994)
Novelista uruguayo, considerado el escritor más importante que ha dado la literatura de su país. También uno de los máximos creadores de la narrativa en lengua castellana del siglo XX.
«La vida breve», su primera obra maestra publicada en 1950, que tendría posterior continuidad en otros dos títulos igualmente magistrales: «El astillero» (1961) y «Juntacadáveres» (1967), constituyen la llamada «trilogía de Santa María».
Su obra en conjunto, aporta un lenguaje inédito a la narrativa hispánica dentro de un universo conjetural, por el que los personajes y las secuencias de hechos, transitan enriqueciéndose entre si.
Onetti, nunca adhirió a la tendencia grandilocuente y retórica en los autores americanos originada en la época de guerras independentistas, tampoco se dejó influenciar por los autores románticos y modernistas. Se planteó para sí mismo, una escritura lacónica, que unida a su temperamento escéptico y desencantado, produjo un estilo que no tiene antecedentes y que abrió una vía tan fructífera como inédita antes de él,en la narrativa en lengua española.
Dejó como uno de sus legados, un original «Decálogo» orientativo para escritores principiantes:
Decálogo para principiantes
1 – No busquen ser originales.
El ser distinto es inevitable, cuando uno no se preocupa de serlo.
2 – No intenten deslumbrar al burgués.
Ya no resulta. Éste sólo se asusta cuando le amenazan el bolsillo.
3 – No traten de complicar al lector, ni buscar ni reclamar su ayuda.
4 – No escriban jamás pensando en la crítica, en los amigos o parientes, en la dulce novia o esposa. Ni siquiera en el lector hipotético.
5 – No sacrifiquen la sinceridad literaria a nada. Ni a la política ni al triunfo.
Escriban siempre para ese otro, silencioso e implacable, que llevamos dentro y no es posible engañar.
6 – No sigan modas, abjuren del maestro sagrado antes del tercer canto del gallo.
7 – No se limiten a leer los libros ya consagrados.
Proust y Joyce fueron despreciados cuando asomaron la nariz, hoy son genios.
8 – No olviden la frase, justamente famosa:
«2 más 2 son cuatro; pero ¿y si fueran 5?»
9 – No desdeñen temas con extraña narrativa, cualquiera sea su origen.
Roben si es necesario.
10 – Mientan siempre.
11 – No olviden que Hemingway escribió: «Incluso di lecturas de los trozos ya listos de mi novela, que viene a ser lo más bajo en que un escritor puede caer.»
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