Semblanza de Selma Lagerlöf – Primera mujer en obtener el premio Nobel de Literatura
Con humildad desarrollamos esta semblanza de Selma Lagerlöf como reconocimiento por su labor literario y por ser la primera mujer ganadora del premio Nobel de Literatura.
Con estas palabras: «…El retrato totalmente original de la vida campesina» y «la pureza de su dicción, la claridad de la expresión y la bella musicalidad que son características de todos sus escritos»; Claes Annerstedt, Presidente de la Academia Sueca, se expresaba en su discurso, durante la ceremonia de entrega del premio Nobel de Literatura.
Era el 10 de diciembre de 1909 y se estaba refieriendo a Selma Lagerlöf, la primera mujer distinguida con este galardón, en la historia de esa condecoración.
Selma Ottiliana Lovisa Lagerlöf, había nacido en una casa de campo situada en Mårbacka, provincia de Varmland (Suecia), el 20 de noviembre de 1858.
Hija del matrimonio formado por el teniente y propietario rural Erik Gustaf Lagerlöf y su esposa, Elisabet Lovisa Wallroth. Fue la penúltima de cinco hermanos: Anna, Daniel, Johan, Selma y Gerda
Aquejada desde pequeña por problemas físicos (es muy probable que sufriera de displasia infantil en la cadera) que, al no ser tratados convenientemente, fueron tornando los años de su niñez en una vida cada vez mas sedentaria y al estar imposibilitada de compartir los juegos infantiles, comenzó a inclinarse hacia la lectura, afición que perduraría a lo largo de su vida.
A los 7 años, leyó «Oceola, El Gran Jefe de los Seminolas» de Mayne Reid. Este hecho, la impresionó profundamente, despertando en ella, su decisión de convertirse en escritora.
A los 10 años ya había leído la Biblia y comenzaba a familiarizarse con autores de la envergadura de Hans Christian Andersen, los Hermanos Grimm, Alejandro Dumas (padre) y Walter Scott, William Shakespeare, Lord Byron y Johann Wolfgang von Goethe.
Tenia apenas 12 años, cuando escribió un largo poema sobre Mårbacka, la antigua casa familiar.
En los primeros años de su niñez, su familia disfrutaba de cierta prosperidad económica, pero la situación cambió radicalmente por la mala administración de los bienes y debido a los problemas de salud y alcoholismo, que padecía el padre de Selma.
A causa de esa crisis económica, en 1888, la finca rural de Mårbacka, fue rematada para pagar las deudas pendientes. Fue un duro golpe para toda la familia.
Años más tarde, Selma se propondría recuperar algún día la antigua casona familiar;
logrando en 1904, readquirir la querida casa donde había nacido.
En la década de los años veinte, del siglo pasado, la casa fue ampliada y convertida en un museo, que en la actualidad es asiduamente visitado.
En 1873 Selma Lagerlöf, se radicó en Estocolmo para finalizar sus estudios de primera enseñanza, en la Escuela Real Superior de Mujeres. Viaje que repitió en 1881, gracias a un préstamo que consiguió su hermano Johan, cuando ella decidió dedicarse a la docencia, para poder mantenerse por sí misma.
En la capital sueca, primero ingresó en el Liceo Sjöberg para Señoritas y al año siguiente logró entrar en el Real Seminario Superior para Estudios Docentes, una universidad para jóvenes y talentosas damas de la época.
Sus condiciones y aptitudes literarias para escribir poemas y sonetos, comienzan despertar la admiración de sus compañeras.
Un día de otoño de 1885, la maestra recibida Selma Lagerlöf, descendió del tren en la estación de Landskrona, para iniciar una nueva carrera en la escuela primaria para niñas de esa ciudad sueca. Atrás quedaba su querida Mårbacka y la pena de ver morir a su padre en ese mismo año.
Mostraba por ese entonces, una personalidad introvertida, pero a la vez afable y no demoró mucho tiempo en hacer nuevas amistades: Anna Oom, que enseñaba en la misma escuela y Elise Malmros, una empleada bancaria interesada en cuestiones sociales y feministas.
A través de las charlas con Elise conocería la pobreza, el alcoholismo, la discriminación hacia la mujer y la ignorancia que había en Landskrona.
Estos serían temas recurrentes en su futura carrera literaria.
Su vida como maestra, se fue desarrollando sin dejar de lado su afición literaria. Sus lecciones, amenas y cautivantes, atraían a sus alumnas.
Además colaboraba con el periódico y la iglesia locales, redactando diversos artículos.
En 1895, estimulada por sus progresos en la literatura, se atrevió a dejar su oficio de maestra y se dedicó exclusivamente a las letras, cuando Oscar, el Rey de Suecia Oscar
le concedió una pensión vitalicia. También fue beneficiada con la ayuda económica y las influencias de la Baronesa Sophie Aldesparreque, que le permitieron integrarse a círculos sociales y literarios.
Selma Lagerlöf, tenía un estilo genial para contar cuentos. Mezclaba mitos y fantasía con un toque de realismo desbordante de rasgos moralistas: la bondad, el amor y el trabajo hecho con responsabilidad, eran los poderes más fuertes en su mundo.
De esa manera lograba imaginar y describir una gran diversidad de personajes, situaciones y destinos humanos. Tenía además, intuición y clarividencia para captar e interpretar la psicología de los personajes y traducirla en palabras comprensibles y amenas.
Sus obras, se basaban en historias y cuentos populares suecos, caracterizadas tanto por su vitalidad y frescura, como por elementos líricos y románticos que la autora incorporaba.
Los protagonistas y personajes eran personas sencillas y en sus relatos, siempre triunfaba el bien sobre el mal y el carácter redentor del amor y la fe.
Selma Lagerlöf no fue nunca una mujer hermosa, pero poseía un porte que le daba un aspecto de dignidad y un rostro noble.
Decidida feminista y pacifista, participó en algunos congresos destinados a afianzar ambas causas.
Desde 1894 hasta 1921, mantuvo una relación de amistad estrecha (algunas versiones indican también amorosa) con Sophie Elkan, otra importante escritora sueca proveniente de una familia de origen judío.
La correspondencia de Selma con Sophie, publicada en el libro titulado «Me enseñas a ser Libre» provocó que algunos interpretaran que hubo una relación lésbica y otros, una intensa amistad entre ambas.
Fuera de cualquier discusión, queda el hecho de que ambas realizaron extensos viajes juntas, revisaban cada una la obra de la otra y que Selma le dedicó una de sus obras más importantes, refiriéndose a ella como su compañera de vida y letras.
Fue la primera doctora sueca Honoris Causa de Filosofía, premio Nobel en 1909 y designada miembro de la Academia Sueca en 1914.
Selma Lagerlöf ha dejado como legado, una obra extensa y variada.
Su estilo narrativo, pretendía disolver los límites que separan la realidad de la fantasía.
Es ampliamente reconocida en su país natal:
El billete de 20 coronas de Suecia lleva su imagen desde 1991, así como infinidad de sellos postales emitidos por la Academia Sueca. Un importante premio literario sueco también lleva el nombre.
Sin dudas, su obra más importante y más traducida, fue el libro «El maravilloso viaje de Nils Holgersson a través de Suecia» .
Aún hoy, este libro es un éxito y la gente aprende sobre la geografía de Suecia, con la lectura cautivante de sus páginas.
Para ello, sólo hace falta tener las ganas para subirse al lomo del libro-ganso, de desplegar sus páginas-alas y atreverse a volar y soñar.
Y en ese vuelo, es posible retrotraerse hasta aquel 10 de diciembre de 1909, día en el que la maestra que alguna vez, en su lejana infancia, anhelara convertirse en escritora, recibía por decisión unánime de los responsables de la Academia Sueca, el premio más importante del mundo de las letras a nivel mundial; «en reconocimiento al altivo idealismo, la vívida imaginación y la percepción espiritual que caracterizan a todas sus obras».
Aquel día, la maestra que quería ser escritora, había coronado sus sueños.
GECD