Historia del símbolo arroba – parte I
Indudablemente, para las nuevas generaciones, el símbolo más utilizado de cuantos existen, es arroba -@-. Un motivo, entre otros tantos resulta obvio, millones de direcciones de correo electrónico en todo el mundo, dependen de este signo para identificarse. Paradójicamente, el común de la gente conoce muy poco acerca de su origen.
Denominado arroba en español, según la teoría que reúne más adeptos, fue creado debido a una práctica que era usual entre los copistas en el período final de la Edad Media.
Estos escribas utilizaban en su arte, una especie de “a” encerrada por un círculo, que constituía un símbolo en sí mismo y que les servía para simplificar y resumir el tedioso trabajo de copiar a mano los libros en latín. Y lo conseguían enlazando con @, en un único trazo, las letras «a» y «d» para representar la preposición latina “ad”, que significa «a», «hacia», «hasta». También «para» y «por», según otras interpretaciones.
Técnica que también ayudaba, a reducir apreciablemente el consumo del costoso pergamino. Parece bastante lógico este razonamiento: si debían copiar a mano decenas de veces cientos de páginas, lo más lógico era buscar todas las formas posibles de ahorrar trabajo.
En la historia del signo arroba descubrimos que poco a poco se fue expandiendo su uso y haciéndose popular en otros ámbitos. Empezó a aparecer -por ejemplo- en las cartas oficiales redactadas en latín, en las cuales se utilizaba antepuesta al nombre de sus destinatarios.
En los círculos literarios, la gente de letras, tiene por costumbre llamar “matemático” a casi cualquier símbolo. Éste, en cambio, tiene un origen lingüístico.
Actualmente, la mayoría de los historiadores acepta que, por etimología, la palabra “arroba” proviene del idioma árabe, concretamente del término «ar-roub» (ruba -cuarta parte- y derivada de arba -cuatro-). Y significa cuarto o cuarta parte.
En algunos diccionarios, figura definida como como una antigua medida española de peso, equivalente a 11,502 kg, la cuarta parte de un quintal.
Con la invención de la imprenta a mediados del siglo XV por Johannes Gutenberg, el destino final de este símbolo pudo haber sido distinto, caer en desuso y desaparecer.
Pero los mercaderes, en ese período tan peculiar del Renacimiento, ya habían adoptado en el desarrollo de sus actividades comerciales, la costumbre de identificar valores para sus productos utilizando arroba.
En sus documentos y facturas, colocaban el signo @ y a continuación una cantidad, que indicaba que éste, era su precio unitario y se facilitaban así sus cálculos y transacciones.
Curiosamente, cuando a finales del siglo XIX, se inventó la primera máquina de escribir que tuvo éxito comercial, los creadores incluyeron arroba en su teclado.
Casi un siglo más tarde, este teclado, sería heredado por las computadoras personales y la herencia incluyó también el signo @.
Uno de los documentos más antiguos de los que se tiene referencia y donde se encuentra claramente dibujado el símbolo, está fechado el 4 de mayo de 1536 y se trata de una carta enviada por un comerciante italiano Francesco Lapi, desde Sevilla a Roma. En ella, se describe la llegada de tres barcos provenientes de América, cargados de tesoros.
Pueden leerse párrafos como:
“Así, una @ de vino, que es 1/13 de un barril, vale 70 u 80 ducados…”
En ese contexto, arroba representaba una unidad de medida utilizada por griegos y romanos que equivalía a “un cuarto de ánfora.”
Este documento fue descubierto por el profesor italiano Giorgio Stabile, de la Universidad La Sapienza, mientras restauraba una colección fotográfica para el Instituto Treccani.
Otros historiadores – como el aragonés Jorge Romance – no coinciden con esta postura, asegurando que ya había sido utilizado anteriormente (1448), en el detalle de un envío de trigo desde Castilla hacia el Reino de Aragón.
También los mercaderes venecianos medievales, hacían mención a la “ánfora“, una unidad de medida de líquidos ya utilizada por los antiguos griegos y romanos y que equivalía a 26,2 litros.
Así, en el transcurso de los siglos la historia del signo arroba pasó desde los puertos de Italia, hacia los países árabes, llegando finalmente a los confines del Imperio Británico.
En septiembre de 1971, el ingeniero estadounidense Raymond Tomlinson, ideó una forma revolucionaria de enviar mensajes a través de un software, entre diferentes usuarios conectados a una red. Nacía así el correo electrónico o e-mail.
De esa innovación, surgió una necesidad que debía ser resuelta sin pérdidas de tiempo: adoptar un símbolo especial y unívoco, que permitiera separar la identificación que tenía un usuario, con la de la máquina o proveedor del servicio.
Eligió para tal fin, @ aquel signo secular nacido a fines de la Edad Media.
El crecimiento exponencial desde las postrimerías del siglo XX, de lo que es Internet y su universo tan particular de innovaciones y vértigo tecnológico, transformaría después a este símbolo en imprescindible y en el más famoso.
Si quieres seguir descubriendo un poco más al respecto, te recomiendo que leas la segunda parte de la nota llamada: Historia del símbolo arroba II
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Súper interesante.
Muchas gracias Bertha por seguir el blog
Muy interesante historias del significado @ muchísimas gracias por publicar y compartir todos estos datos – Rodolfo Di Sabato
Muchas gracias Rodolfo por seguir el blog y aportar…
Es muy interesante conocer el origen de los instrumentos que utilizamos en nuestra comunicacion, y sobre todo hoy en dia que lo comun es usar lo desechable, pero es mas agradable ver como formas se niegan a desaparecer cuando hay jovenes que no saben no solo escribir letras cursivas sino tampoco leerlas, gracias por proporcionar esta clase de informacion.
Muchas gracias José por seguir la página y aportar… Saludos
Muy interesante y relevante, por lo que está relacionado con la lingüística.
Gracias
Gracias a usted por seguir el blog